lunes, 23 de mayo de 2011

Om

Oye, ayer pasaste por mis sueños.
Me dijistes que me esperabas en tus huidas maldecidas, que me querias perseguir hacia alguna amanecida de esas sabor café. Me llevastes a tus humedas selvas agradecidas, y me dormi muy cerca de tu edén. Tus flores trascendian la costumbre y las cascadas coloreaban un mar de algun viviente rehén. Entiendi era yo el que deseabas sin desdén.
Solo sonreiste; luego desperte.

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